Kit 3 Disipadores De Calor Para Raspberry Pi

Cada uno de los tres disipadores está diseñado para refrigerar un chip específico en la placa de la Raspberry Pi que genera calor. La colocación correcta es:

• Disipador Grande (ej. 14x14mm): Este es para el chip más importante, el Procesador/SoC (System-on-a-Chip). Es el cuadrado metálico grande en el centro de la placa y el que más calor genera.
• Disipador Mediano (rectangular): Este se coloca sobre el chip de memoria RAM, que en modelos como la Pi 4 está en la cara inferior de la placa, justo debajo del SoC.
• Disipador Pequeño: Este es para el controlador de USB/Ethernet, el chip que gestiona la conectividad de red y los puertos USB.

Refrigerar estos tres componentes clave asegura la estabilidad general del sistema.

El «thermal throttling» es un mecanismo de autoprotección de la Raspberry Pi. Cuando el procesador alcanza una temperatura crítica (generalmente alrededor de 80-85°C), automáticamente reduce su velocidad de reloj para generar menos calor y evitar daños permanentes. El efecto secundario es una pérdida de rendimiento notable.

Estos disipadores aumentan drásticamente el área de superficie del chip, permitiéndole transferir el calor al aire de forma mucho más eficiente. Esto mantiene la temperatura del procesador por debajo del umbral de throttling, permitiéndole funcionar a su máxima velocidad durante mucho más tiempo, especialmente bajo cargas de trabajo intensas como la emulación de juegos, la compilación de código o el streaming de vídeo.

Depende de tu caso de uso. La refrigeración pasiva con estos disipadores es una mejora masiva sobre no tener nada y es suficiente para la mayoría de los usuarios que realizan tareas de escritorio, programación o proyectos de robótica ligera.

Deberías considerar añadir un ventilador (refrigeración activa) si:

• Vas a realizar overclocking en tu Raspberry Pi.
• Ejecutarás tareas muy intensivas durante largos períodos (ej. un servidor, renderizado, etc.).
• Tu Raspberry Pi estará dentro de una carcasa con poca o ninguna ventilación.

La combinación de estos disipadores con un pequeño ventilador es la solución térmica definitiva.

La instalación es muy sencilla gracias a la capa autoadhesiva:

1. Asegúrate de que la superficie de los chips en la Raspberry Pi esté limpia y libre de polvo o grasa (puedes usar un paño con un poco de alcohol isopropílico).
2. Retira el film protector del adhesivo en la base del disipador.
3. Con cuidado, alinea el disipador sobre el chip correspondiente y presiónalo firmemente durante unos segundos para asegurar un buen contacto.

La cinta adhesiva térmica incluida es una solución muy conveniente y ofrece un rendimiento térmico excelente para la mayoría de las aplicaciones. La pasta térmica tradicional puede ofrecer una transferencia de calor marginalmente mejor, pero es más desordenada y menos práctica para disipadores tan pequeños.

La resistencia térmica (°C/W) es una medida de qué tan bien un disipador puede transferir calor. Un valor de 27°C/W significa que por cada Watt de calor que genere el chip, la temperatura del chip se elevará 27 grados Celsius por encima de la temperatura del aire ambiente (asumiendo que el calor se transfiere perfectamente).

Ejemplo práctico: Si tu Raspberry Pi está consumiendo 2 Watts de potencia (generando ~2W de calor) y la temperatura de tu habitación es de 25°C, la temperatura del chip se estabilizará alrededor de 25°C + (2W * 27°C/W) = 25°C + 54°C = 79°C. Sin el disipador, alcanzaría el límite de throttling mucho más rápido.

Gracias a su diseño de «bajo perfil», este kit de disipadores es compatible con la gran mayoría de las carcasas para Raspberry Pi, incluyendo la carcasa oficial.

La única excepción son algunas carcasas especializadas que actúan ellas mismas como un disipador de calor masivo, o aquellas que vienen con su propio ventilador o sistema de refrigeración integrado que podría interferir físicamente con la ubicación de estos disipadores. Pero para el 95% de las carcasas estándar, este kit encajará sin problemas.